Pongo a vuestra disposición los resultados de la evolución del barómetro de CYM, que a lo largo de sus seis encuestas (junio de 2012, diciembre de 2012, junio de 2013, diciembre de 2013, junio de 2014 y diciembre de 2014) ha experimentado en cuanto a la percepción del clima laboral, la satisfacción con el puesto de trabajo, la identificación de los principales problemas con el puesto de trabajo, el grado de confianza y la gestión del presidente y del equipo directivo de AEMET, así como la labor desempeñada por las distintas organizaciones sindicales.
Malos resultados en una espiral que parece no tener fin. La mayoría de los votantes se muestran francamente insatisfechos con su puesto de trabajo, consideran que el clima laboral ha empeorado y no tienen esperanzas de que vaya a mejorar sino que prevén que seguirá yendo a peor. La confianza en el presidente de AEMET alcanza mínimos, la desconfianza en el equipo directivo sigue cercana al 100%, la gestión que ambos hacen en AEMET es calificada como mala o muy mala de forma mayoritaria, y la actuación de los sindicatos sigue cayendo en su valoración, lo cual nos sume en una visión muy negativa en todos sus ámbitos.
¿Qué podemos hacer para que esta situación cambie? Me temo que o tomamos cartas en el asunto como trabajadores o salvo un acontecimiento inesperado, AEMET seguirá cayendo y cayendo a los infiernos.
Felices Fiestas.
Carlos Yebra Matiaci.
CYM 
Gracias por completar tu trabajo con la publicación de los resultados extraídos de la participación de compañeros y compañeras en el barómetro.
Como bien dices, estos resultados dibujan un paisaje de desánimo y desconfianza crecientes, y no se contradicen con lo comentado en otros foros o incluso en conversaciones mantenidas en el transcurrir cotidiano de las jornadas de trabajo.
Creo que tienes toda la razón. Ha acabado el tiempo de las conversaciones y los comentarios.
Debemos tomar cartas en el asunto, cada uno y una en su ámbito de responsabilidad y como trabajadores y trabajadoras de esta organización amén de como empleados públicos, o seremos testigos de la desaparición de un servicio público que se ha venido prestando con una profesionalidad y diligencia ejemplares.
Demasiadas señales apuntando en la dirección de la privatización.
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