El Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de Canarias ha dejado sin efecto desde el 1 de mayo de 2013, la reducción horaria y salarial del 20% que aplicó desde primero de año a 3.300 empleados públicos de las categorías de personal laboral temporal e interino, bajo la excusa de no aplicar despidos masivos ni expedientes de regulación de empleo en la administración canaria.
Tras la presión sufrida ante las numerosas demandas presentadas por los trabajadores afectados y por los sindicatos, y ante las dudas legales planteadas, el Gobierno canario ha revocado dicha decisión, lo que sin duda supone un triunfo para los empleados públicos de la comunidad canaria, aunque esta revocación no suponga la paralización del conflicto colectivo planteado, ya que lo que se recurre es la nulidad de la medida desde que se adoptó y el incumplimiento de la legislación por no consultar con los representantes de los trabajadores (algo a lo que desgraciadamente la administración nos tiene acostumbrados). Los sindicatos exigen que se abonen las retribuciones perdidas en estos cuatro meses.
Según el portavoz del Gobierno canario, «la decisión no tiene nada que ver ni con el conflicto colectivo, ni con la posible inconstitucionalidad, ni con problemas en el funcionamiento de los servicios públicos, tiene que ver exclusivamente con una cuestión de estabilidad presupuestaria, que se puede conseguir de igual forma dejando sin efecto la medida y manteniendo la contención del gasto».
¿Alguien se lo cree? Yo prefiero pensar que empiezan a surgir los primeros brotes verdes. Ya son varios varapalos los que la administración está recibiendo en cuestiones de reclamación de reducciones salariales, recuperación de pagas extraordinarias y despidos colectivos. La presión de los trabajadores y los recursos planteados ante la justicia, con sentencias desfavorables a las pretensiones de la administración, empiezan poco a poco a inclinar la balanza.
Una razón más para volver a decir: SÍ SE PUEDE.
Carlos Yebra Matiaci.
CYM 
Islas Canarias, Islas Canarias!
Más que surgir brotes verdes, Carlos, yo preferiría que se expandiese un virus que provocase una pandemia.
Un día más, parece que se ha podido
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