Hoy os traigo una de cal y otra de arena sobre la privatización, perdón, «externalización» de los servicios públicos sanitarios de la Comunidad de Madrid y, una vez más, sobre los recortes en educación. Empezaré por la menos mala, pues ya también hubo una paralización anterior del proceso privatizador de la sanidad madrileña que posteriormente fue archivada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) y continuó su marcha hasta la situación actual en la que nos encontramos.
Según publica el diario El País, la justicia paraliza la privatización de los seis hospitales madrileños. El juzgado de lo Contencioso Administrativo nº4 de Madrid ha paralizado de forma cautelar y para “proteger derechos fundamentales” el cambio de titularidad que el Gobierno regional de Madrid impulsó en los centros a lo largo del último año y culminó en agosto pese a tener varios procesos judiciales abiertos. La denuncia que ahora ha considerado un nuevo juzgado proviene de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM), que justificó la petición de una suspensión cautelar en “la imposibilidad de revertir el cambio de modelo”. Los hospitales afectados son Infanta Leonor (Vallecas), Infanta Sofía (San Sebastián de los Reyes), Infanta Cristina (Parla), Hospital del Henares (Coslada), del Sureste (Arganda del Rey) y el del Tajo (Aranjuez). Según recoge el auto, del magistrado Carlos Gómez, la adjudicación “lleva implícita una considerable dosis de irreversibilidad”. El juez considera que el proceso de privatización “resulta una incógnita en el momento actual” y acusa a los responsables de la Administración regional madrileña de asumir “sin más su incompetencia para gestionarlo [el servicio sanitario de los seis hospitales] con mayor eficiencia”.
Ahora viene la peor. Otra vez los datos vienen a demostrar que los recortes que el Gobierno de la Comunidad de Madrid está aplicando sobre educación no son iguales, ya que afectan más a la escuela pública que a la concertada. Y es que según publica una vez más el diario El País, Madrid recorta el gasto en la escuela pública el triple que en la concertada. La inversión por alumno cae un 13,5% en los centros públicos frente al 3,4% en los subvencionados. El mayor hachazo se lo han llevado los institutos públicos (Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional), donde el gasto por alumno se ha rebajado en más de 1.000 euros, hasta los 4.230, un 21,7%, mientras que en los mismos niveles educativos en los centros subvencionados el recorte presupuestario es ocho veces inferior, del 2,6%.
Una nueva demostración de cómo los recursos públicos se derivan hacia el sector privado con el claro propósito de llevar a los servicios públicos al desastre por insuficiencia presupuestaria y tener así la excusa perfecta para seguir con la privatización, perdón, «externalización» de todo lo público.
Carlos Yebra Matiaci.
Que gracioso guiño al eufemismo, tan en voga en los tiempos que
corren, Carlos. Es de agradecer que en la tristeza de la situación que
nos rodea sea posible abrir una ventana al humor.
Al tema.
De la sanidad. No es únicamente esta última disposición judicial, o a
lo mejor está incluida en ella. Esta mañana ha informado la cadena SER
que un nuevo obstáculo a la privatización había aparecido en un
«error» de bulto detectado en el proceso administrativo de la
adjudicación de la gestión de estos hospitales: el NIF de Hima San
Pablo era incorrecto en la documentación, y mira tú por donde,
correspondía a una constructora. A lo peor, el batiburrillo montado
entre esta empresa, OHL y el Corte Inglés, ha producido esta errata o
erratilla. Según la emisora, la Comunidad de Madrid había reconocido
el error (¿?).
No puede extrañar a nadie que el tribunal cite «sin más su
incompetencia para gestionarlo [el servicio sanitario de los seis
hospitales] con mayor eficiencia». Si es que de verdad que lo de esta
comunidad nuestra me reafirma una y otra vez en la idea de que vivimos
en un matrix cuya realidad no virtual no es más que un episodio
infinito de «la que se avecina».
Educación. Ya lo dije en un anterior artículo tuyo, y como esto es
como un bucle, pues lo repito. No hace falta privatizar la educación,
ya que se la está dejando caer por sí sola NO dotándola, y dotando por
contra a la escuela privada y concertada, con criterios a veces de
dudosa constitucionalidad, como en el caso de la subvencion a colegios
de primaria y secundaria que segregan por género.
Y lo mismo para la Universidad, favoreciendo que el que se lo pueda
permitir pague la privada, ya que la pública está siendo destruida y
al mismo tiempo encarecida de tal modo que quien vaya a poder pagarse
estudiar prefiera la privada. Buena jugada.
Quién iba a pensar que la chulesca Esperanza Aguirre y el
recalcitrante Gallardón mantenían al menos una imagen de cordura y
sentido común. Y nos escandalizábamos cuando eran la presidenta y el
alcalde, vivir para ver. Si Valle-Inclán levantara la cabeza y viese a
qué nivel de abaratamiento ha llegado su maravilloso esperpento, se
hermanaba con Larra y se saltaba los sesos.
Que no, que ya lo hemos hablado antes, Carlos. Que es un alarde de
generosidad por tu parte adjudicarles a los gobernantes madrileños de
comunidad y ayuntamiento de Madrid el interés en derivar hacia el
sector privado con el claro propósito de llevar a los servicios
públicos al desastre por insuficiencia presupuestaria y tener así la
excusa perfecta para seguir con la privatización.
Son tan burdos, llegado el momento actual, en el que se confunden
churras y merinas, véase mayoría absoluta, que ni siquiera esconden
los dientes ni el salibar que les prodece las posibles de ganancias
personales a obtener en estos vergonzosos tejemanejes.
No vamos a hablar de las Olimpiadas, claro. ¡Que esto no es Barcelona
ni el 1992, que es Eurovegas y el apocalipsis!
Y la ciudadanía aquí sigue, durmiendo el sueño de los justos. A ver si
ahora que va bajando el calor se despiertan y comienza la berrea.
Epílogo. Va a ser que desentrenada, no entiendo que 31 ganan la mano y la vaca, y por eso últimamente siempre perdemos al mus.
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